Título: A sus padres, los de Dae Ra.
Autor: Sin nombre
Otros: Se recomienda no leer por dispositivo móvil. Riesgo de confusión. ¿Que si esto no es un fanfic? Lo dije y lo repito, no todo lo que comparta aquí serán fanfics.
Aclaraciones: Una pequeña muestra del caos. Porque ella y ella son distintas, y no son ni serán la misma.
Estoy escribiendo esto en
silencio. Tengo miedo, ella puede estar cerca. Dae Ra mueve los dedos con
rapidez, con frenesí, asustada de lo que pueda venir. Yo también estoy
asustado. Creo que ambos sabemos que no deberíamos estar haciendo esto, ¿pero
qué más podemos hacer? La palabra es el único medio que podemos usar para salir
de esta cárcel. Porque luego ella nos controla, y nos impide todo. Respirar,
hablar, pensar. Todo, todo, todo.
La pobre ni siquiera sabe
por qué fue que se negó a salir hoy con ustedes. Tampoco sabe qué la impulsó a
coger el grueso frasco de crema corporal y tenerlo cerca, y buscar el martillo
en el cuarto del fondo. No sabe tampoco por qué tomó ambos y se puso en
posición de espera, frente a la puerta. Era la primera vez que se enfrentaba al
señor, tan grande y con su voz gruesa. A su madre sí se había enfrentado antes,
pero jamás había sostenido algo físico en contra de ustedes.
Pero ustedes se fueron. Cerraron
la puerta de madera, la reja del exterior y subieron al carro. Y se fueron. Y nada
más oír el motor encenderse, el martillo y el frasco de crema resbalaron de sus
manos, y empezó a sollozar. Sollozar, sollozar, sollozar. Lanzarse a la cama y
abrazarse las piernas, y seguir sollozando. Porque se siente sola, sola, muy
sola. Porque ustedes la han dejado una vez más, y ella sólo los quiere cerca,
dentro del pequeño mundo que es su habitación.
Ha llorado mil lágrimas,
pero no ha reprochado nada a nadie. Sabe que no puede, sabe que si se lo
reprocha a ella, ella vendrá y será más cruel. Así que llora sin molestar a
nadie. Y yo la escucho, pero no puedo hacer nada. Ella llora a mi lado, y ni
siquiera puedo abrazarla y decirle que todo va a estar bien aunque no vaya a
estarlo, porque sé que eso la calma. Pero no puedo, porque simplemente ella no
me deja. Sí, aún no confía en mí.
Los ojos le arden ahora
mismo. Está pestañeando frente a la pantalla de la máquina, pero sus dedos se
siguen moviendo, porque yo se lo pido. Y eso es una muestra más de que muere de
miedo. Me tiene miedo hasta a mí, que no quiero hacerle daño. Ha perdido la
confianza en todos, y en ella misma. Ya no puede fiarse de nadie, entonces ya
no puede mostrarse a nadie.
Por eso es que ella viene,
porque es una coraza más fuerte. Porque responde con soltura y con altanería,
porque sabe defenderse. Así que todos piensan que Dae Ra es fuerte, pero Dae Ra es simplemente una pequeña esencia que le da vida al cuerpo, porque lo demás es
ella, ella llenándolo todo con su salvajismo y su soberbia. Ella llenando a
toda Dae Ra.
Hay veces, claro, en que
ella deja libre a Dae Ra Y Dae Ra deja que otros confíen en ella, pero ella de
nadie se fía. Quiere hacer el bien que es impedida de hacer antes, pero impide
que alguien haga el bien con ella, porque luego ella se va a enojar.
Así pasan sus días, Dae Ra bajo las órdenes de ella, pensando lo que ella quiere que piense, diciendo lo
que ella quiere que diga y haciendo lo que ella quiere que haga. Porque Dae Ra la llamó un par de veces, y ella vino y se quedó, y ahora se cree la dueña del
mundo.
Y eso es lo que es,
prácticamente la dueña del mundo de Dae Ra.
Y yo inmóvil, inmóvil, con
miedo. Porque también tengo miedo, y tampoco puedo hacer nada.
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