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viernes, 19 de julio de 2013

[KaiSoo] Wet

Título: Wet 
Autora: Máyica
Género: Romance, Yaoi, One–shot
Ráting: +10
Pareja: Kai & D.O.


Huele a tierra húmeda, pero Kyung Soo no se percata de eso. Ni siquiera nota las pequeñas gotas de agua que impactan contra su zapatilla derecha negra, dejando manchitas oscuras. Su mano se aprieta nerviosamente, y su respiración es agitada. Empieza a caminar de un lado a otro, en frente del jardín que está siendo regado por un aspersor, y mantiene la vista fija en el suelo. Al fin, saca su teléfono móvil del bolsillo, y presiona la pantalla con dureza e intranquilidad. Se lleva el aparato a la oreja, y unos segundos después, alguien descuelga.

— ¡Kim Joon Myeon! ¡Más te vale que mañana la casa esté impecable y vacía, porque si no voy a asegurarme de que algo en el cuerpo te duela!

Y cuelga, con un resoplido.

Su teléfono móvil suena, pero él lo ignora. Rechaza la llamada y lo guarda en su mochila, encaminándose hacia quién sabe dónde.

***

— No me contesta…— dice en voz baja Chan Yeol, acabando la llamada (o el intento de ella).

A su lado, también sobre el sofá, Baek Hyun murmura pensativo:

— Debe estar enojado.
— ¿Pero por qué?

Baek Hyun se encoge de hombros.

— A saber qué le habrá hecho Joon Myeon–hyung…
— ¡Hey!— el nombrado levanta la cabeza de la mesa que está limpiando, y echándoles una mirada dura— ¡Yo no le he hecho nada! Él simplemente llamó y me gritó.
— D.O.–hyung no haría eso porque sí— interviene Se Hun, levantando la vista del libro que lee— Tal vez no lo recuerdas, hyung, pero tiene que haber algo.
— Les digo que no— insiste Joon Myeon— Ayer cuando nos fuimos a dormir estábamos de lo más bien, y hoy cuando desperté él ya había salido a la universidad.

Suspira, y vuelve a lo que hace. Lo mismo el resto, y ya nadie dice nada.

***

— ¿No puedo sólo dejar una memoria portátil?— bufa Jong In.

Pero no, el hombre de reja de entrada repite lo que viene diciendo desde hace dos minutos: Sin carnet no hay ingreso, a menos que alguien que tenga uno lo haga pasar. También puede ser que no lo deje entrar por cómo está vestido. Gorra negra, casaca cerrada y lentes oscuros, en un día caluroso pero nublado, no es que cause un buen presentimiento.

— Oh, vamos, sólo esta vez— insiste Jong In.

Pero el hombre de la entrada niega firmemente con la cabeza. Jong In gruñe, y murmura algo, rebuscando en el bolsillo de su casaca. Saca su teléfono móvil y toca un rato la pantalla, y, tras mirarla unos segundos, empieza a hablar.

— ¿Aló?... ¡Hola!... Bien, todo bien... Oye, me preguntaba si podías hacerme un favor. Lo que sucede es que Se Kyung me pidió que... eh, que viniera a entregarle su USB a su profesor, porque ella está enferma, pero olvidó que yo no puedo entrar porque no tengo carnet. Y recordé que tú también estudias acá, así que... ¡Sí, por favor! Gracias, gracias, gracias... ¿Diez minutos? No te preocupes, yo espero. Está bien, adiós.

Jong In guarda el teléfono. El hombre de la entrada lo mira de reojo, pero Jong In lo ignora, y empieza a caminar hacia el paradero del autobús, a unos doscientos metros.



— ¿Viene con usted?— pregunta el hombre, mirando suspicaz a Jong In.

La chica asiente guardando su carnet, y continúa hablando, mientras se adentran por los jardines del campus.

— La próxima vez dile que no tengo problema en pasar por su casa, está de camino hacia aquí— dice ella— O puede decirle a Ha Na, ella vive cerca también. Pero imagínate que yo estaba en mi casa. Ibas a tener que quedarte aquí esperando hasta la tarde, porque recién tengo clases a las seis. Tuviste suerte, hoy vine temprano porque quería estudiar…

La chica toma aire y se detiene, justo a la sombra de un árbol solitario.

— Creo que ya está bien— dice en voz baja.

Jong In asiente, e inclina la cabeza.

— Muchas, muchas gracias, no sé cómo agradecérselo…

Ella asiente, restándole importancia, pero se nota que le queda algo qué decir.

— Lo que sea— invita él de nuevo, pero añade— Bueno, tampoco…
— Una foto— contesta ella, tímidamente— Y un autógrafo, si no es mucho pedir.
— Ah, claro.

En la foto, en el teléfono móvil de ella, aparece él con una sonrisa y levantando dos dedos, mientras ella se ve serena, tal vez aún anonadada por haberlo conocido, y encima, haberle hecho un favor. El autógrafo, en una hoja blanca encontrada de milagro en una carpeta de la mochila de ella, firma: “Para Ye Ra, Kai, EXO. ¡Fighting!”

Ella se despide en voz baja, después de agradecer mucho, y echa a caminar hacia uno de los edificios, color verde olivo con ventanas oscuras. “ARQUITECTURA”, pone en una de las paredes, en letras de metal.

***

Silencio. Es lo bueno de los sábados en la mañana. Kyung Soo tiene las piernas recogidas y la frente apoyada sobre las rodillas, sobre la tapa del inodoro de uno de los cubículos de un baño de la facultad. Sus lágrimas mojan silenciosas la tela de sus pantalones, dibujando manchas deformes en ellos.

De pronto, la puerta del baño se abre; se escucha a dos personas hablar y el agua del caño caer con fuerza.

— ¿Qué tal los cursos?
— Ahí…
— ¿Reprobarás alguno?
— Creo que Cine.
— ¿Cine? ¡Pero el examen es demasiado fácil, sólo tienes que ir a clases!
— ¿Por qué crees que voy a reprobar?
— Ahh… Idiota.

El secador de manos se acciona, y las personas salen, ahora conversando sobre otro tema.

Todo es silencio de nuevo.

La puerta se abre una vez más, y otra persona entra, aunque Kyung Soo apenas se da cuenta. Pero de lo que sí se percata es de tres toques, secos, en la puerta de su cubículo.

Su primera reacción es quedarse inmóvil, mirando fijamente el metal. Pero el triple toque se repite, por lo que abre la boca. Mas el de afuera se adelanta..

— Hyung.

Y Kyung Soo reconoce el timbre de voz.

—  ¿Jo–Jong In?— sus palabras se quiebran a la mitad de la frase, y Kyung Soo intenta contener los sollozos que quieren salir de nuevo.

— ¿Kyung Soo, estás…? Kyung Soo, abre la puerta— dice Jong In preocupado, pero el mayor no se mueve— Kyung Soo, ábrela, por favor… Kyung Soo…

Por fin, Jong In escucha dos pies posarse sobre el suelo de mayólicas, y escucha el pestillo de la puerta de metal correrse a un lado.

— No…— dice Kyung Soo— No, Jong In, espérame afuera.
— Kyung Soo, ¿qué…? Kyung Soo, ábreme, por favor.
— Sólo un rato, Jong…
— Kyung Soo, por favor, ábreme— dice lentamente Jong In, y escucha un suspiro.

Lo siguiente que ve es el rostro hinchado del mayor, con los labios temblorosos y el cabello revuelto.

— ¿Qué ha pasado, hyung?— inquiere Jong In, entrando al cubículo y abrazando al mayor.

Pero los sollozos vuelven, y Kyung Soo se aferra a la casaca de Jong In, mojando la camiseta de éste con sus lágrimas. El menor le acaricia la cabeza, enterrando sus dedos entre los cabellos oscuros. Es sólo un par de minutos, pero al parecer sirven más que la casi media hora que Kyung Soo ha estado encerrado ahí solo, porque al terminar se ve más calmado. Estira el brazo y arranca un poco de papel, con el que se limpia la cara.

— ¿Mejor?— pregunta Jong In en voz baja.

Kyung Soo asiente, y se acurruca en el pecho del menor. Los brazos de éste, largos y cálidos, son manta en pleno frío, y el mayor se tranquiliza.

— ¿Quieres contarme?
— Son tonterías— murmura Kyung Soo.
— Si te hacen llorar, entonces no lo son— replica Jong In— Anda, dime.
— En verdad, son muy… Te vas a reír.
— No— dice firmemente Jong In— No me voy a reír.

Kyung Soo toma aire, y lo suelta con un largo suspiro.

— Está bien— dice, separándose de los brazos de Jong In, y recogiendo su mochila del suelo— Pero vamos afuera.



— ¿Sabías que el chocolate provoca felicidad?

Kyung Soo habla con la boca llena, mientras saborea el trozo del chocolate de leche que ha comprado hace un minuto. Están sentados en el suelo, en el pavimento de una de las tantas playas de estacionamiento para autos que tiene la universidad. El deportivo color negro, sobre el cual apoyan sus espaldas, los protege de miradas de curiosos.

— Algo así he oído— contesta Jong In con una sonrisa. Abre sin prisa la bolsa de bocadillos salados que tiene en la mano, y espera pacientemente a que Kyung Soo empiece a hablar.

Éste está en silencio, con la mirada perdida en el envoltorio de su chocolate.

— No te rías, ¿sí?— pide.
— No lo haré.
— Tuve…— sacude la cabeza— una mala semana, una semana muy mala.
— Todos las tenemos, Kyung Soo.
— Sí, pero esta vez…— suspira— Creo que se acumuló con cosas de antes.
— Ahh— Jong In asiente, invitando sin palabras al otro a continuar.
— Empezó con las prácticas. No me salían los pasos, eso ya lo sabes. Tuve que pedirte ayuda mil veces, y tú siempre me la diste— Jong In asintió de nuevo— Y luego, he tenido que estar estudiando. Y hay tantas cosas que no entiendo… Y me siento culpable, por no venir a clases. Sabía desde un principio que si empezaba a estudiar intercalar las cosas con el horario de la empresa iba a ser difícil, pero no me imaginé cuánto. Y sé que nada de esto le gusta ni a ninguno de los mánagers ni a los profesores. El ciclo está por acabar y he venido a menos de la tercera parte de las clases. Sé que tengo permiso y todo, pero…— suspiró— Me gustaría no faltar tanto. A veces… A veces me gustaría tener una vida normal.

Jong In se queda en silencio, asimilando tal vez todo lo que Kyung Soo ha dicho.

— Y encima esta semana hubo un control de lectura. ¿Y tú sabes cuánto había leído? La mitad. ¡La mitad! Voy a jalarlo, y cuando jale esa nota mi promedio final bajará, y si no doy bien el examen final entonces reprobaré el curso, y la empresa estará sobre mí, diciendo que estoy dándole un mal ejemplo al país, y mis padres estarán decepcionados, y empezarán a cuestionarse si debí entrar a cantar o no. Y encima Baekhyun—hyung está molesto conmigo y no sé qué he hecho. Y…
— Baekhyun–hyung no está molesto contigo— interrumpe de pronto Jong In— Dice que estás molesto con él.
— ¿Yo? ¿Y por qué voy a estar molesto con él?
— ¿Y por qué iba él a estar molesto contigo?— se encoge de hombros Jong In.
— Y… no lo sé— dice al fin Kyung Soo— Pero eso no es todo. Hoy llegué tarde, y no alcancé a que me pasaran lista. Y si no me pasaban lista hoy entonces contaba con cuatro faltas a las prácticas del curso, y eso significa que tengo un gran cero en la nota de prácticas, y eso es el treinta por ciento de la nota final, y no tengo una gran nota en el parcial, así que necesito una MUY buena nota en el examen final si no quiero jalar el curso…
— ¿Y no has intentado hablar con el profesor?

Kyung Soo se revuelve incómodo.

— Lo hice.
— ¿Y qué dijo?
— Que…— carraspea— Dice que no por ser un idol tendré más privilegios que el resto, que las prácticas son las prácticas, y si he jalado he jalado.
— Ahh…— Jong In hace una mueca— Y por eso le gritaste a Suho–hyung…
— ¿Cómo sabes que le…?
— Sehun me llamó. Están preocupados, tú no sueles desesperarte.
— Lo sé…— Kyung Soo suspira por enésima vez— Pero él no debió apagar el despertador, o al menos debió avisarme.
— ¿Sabes? Yo también tuve la culpa… Vi cómo él apagaba el despertador, pero no se me ocurrió despertarte. Lo siento, me quedé dormido de nuevo.

Kyung Soo niega con la cabeza.

— No, también yo debí programar la alarma más temprano. Me conozco, y sé que cuando me desvelo necesito la alarma del reloj de la mesilla y la del móvil. Suho–hyung tampoco tiene la culpa entera… Apuesto a que ahora mismo está preguntándose qué ha hecho para que le grite…
— Supongo que sí— sonríe Jong In, y se acurruca contra el hombro del mayor— ¿Vamos a comer algo? No, mejor vamos a casa, tengo sueño…
— Tú siempre tienes sueño, Jong In— ríe Kyung Soo— Eres un flojo.
— Sí, pero flojo y todo, así me quieres— Jong In hace un puchero con los labios y se revuelve en su sitio como un niño pequeño.

Kyung Soo se pone de pie, y ayuda al menor a hacer lo mismo. Tomando su mochila, echa la envoltura de su chocolate en el tacho más cercano y se sacude el pantalón.

Salen por la puerta principal, bajo la atenta mirada del hombre de la entrada, que observa a Jong In suspicaz. Kyung Soo mira alternativamente al menor y al hombre, como queriendo comprender qué pasa ahí, pero Jong In continúa su camino con una sonrisa.

El sol empieza a notarse a través de las nubes, con algunos rayos que escapan de las formas gaseosas en el cielo. Jong In estira los brazos:

— ¡Ahh! Así nos secaremos más rápido— casi exclama.
— ¿Secarnos?— pregunta Kyung Soo.

Jong In baja la vista a su camiseta, y Kyung Soo se da cuenta recién de las manchas húmedas que hay en ella. Acto seguido, mira la suya propia, y se percata de que las manchas ahí son más oscuras. Claro que todas se están secando ya, con los minutos que han pasado.

— Jong In…— Kyung Soo se detiene a media frase, mientras caminan bajo los árboles. Mantiene los ojos al frente, como observando el horizonte— Gracias. Por venir.
— No es nada— le resta importancia Jong In, reprimiendo una gran sonrisa— Cuando nos despedimos en la mañana estabas muy… ¿cómo decirlo? No lo sé, parecías en un estado de excitación nerviosa, como si fueras a romperte de un momento a otro…
— Le has dado muchas vueltas, ¿verdad?— pregunta Kyung Soo, enarcando una ceja— A cómo me veía en ese momento, me refiero. Tú no sueles hablar así.

Jong In se encoge de hombros, sonriendo.

— Digamos que te conozco. Y que sé cuándo necesitas a alguien cerca.
— Gracias— repite Kyung Soo— No sé qué hubiera hecho si no hubieses venido.
— A ver…— Jong In toma aire y pone una mano en su barbilla— Lo más probable hubieses sido que te hubieses quedado llorando hasta que ya no tuvieras lágrimas, y luego te habrías hecho bolita en el suelo y hubieses llamado recién a las cuatro de la tarde cuando todos ya hubiéramos estado preocupados por ti y habrías empezado a desahogarte por teléfono y Suho–hyung habría pensado que alguien se habría muerto, y Chanyeol–hyung estaría gritando con su vozarrón que algo te habría pasado, y tendríamos que venir a buscarte, y Sehun y Baekhyun–hyung se hubiesen lanzado sobre ti diciendo que dónde estabas y cómo…
— ¿Y tú?— interrumpe Kyung Soo— ¿Qué habrías hecho tú?
— Hmm… Simple. Yo vine. Evité todo esto porque vine, y aunque es imposible que no notara tu humor en la mañana, hubiese venido a recogerte para almorzar. Y aunque no hubiese venido para recogerte, te hubiese llamado al mediodía. Y aunque no te hubiese llamad…
— Comprendo— finaliza Kyung Soo, dándole un codazo suave a Jong In, y respirando hondamente y evitando pestañear para que las lágrimas que quieren asomarse a sus ojos regresen a las profundidades— Quiera o no, vas a estar pendiente de mí.
— Sí— asiente el menor satisfecho, mirando al frente— Oye, y si aún quieres llorar… hazlo,
— ¿Cómo sabes que…?
— Te conozco, Kyung Soo. No necesito verte para saber que te gusta escuchar lo que he dicho, y que aún estás sensible, así que es probable que ahora quieras botar lágrimas porque te sientes aliviado. ¿Y sabes qué? Está bien, está perfectamente bien— la voz de Jong In es suave— Y además, me sé tu voz de memoria.

Una frase algo confusa, pero el resto del camino a casa, que se hace andando por calles muy poco concurridas, Kyung Soo deja caer brillantes gotas de sus ojos, que son limpiadas por la húmeda manga de su casaca apenas salen de ellos. Pero en sus labios hay una sonrisa, una sonrisa muy tranquila, calmada… de paz. A su lado, Jong In tararea “3.6.5”, como acompañando el sol que ya brilla en lo alto y seca poco a poco el rostro de Kyung Soo, por el que las marcas húmedas de sus lágrimas anteriores son el único vestigio de todo aquello que Jong In logra mostrar de él.

4 comentarios:

  1. Me encanto tu one shot, no tienen que besarse y otras cosas para que sea lindo >.<

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  2. adorableeeeeeee!!!! *-* ajkdnkahsdjhajdad

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  3. Me gustó, sigue así ♥ Además de que amo el kaisoo asdfghjk

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